Si la precariedad laboral en Madrid no era ya suficiente, pues por pedir más que no quede. En tiempos en los que nadie discute que las empresas que siempre han ganado, por primera vez pierdan y por eso puedan despedir a gente, pues aprovechamos y abaratamos el despido.
Si el barco se hunde, pues tiramos a los marineros y que solo quede el capitán.
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